sábado, 2 de marzo de 2013

Yo estuve




Siempre somos los mismos», dijo una colega cuando nos encontramos en la SCJ. Pero aunque muchos de nosotros nos conocemos desde las primeras luchas contra la impunidad, los argumentos que nos mueven no siempre son los mismos. Los cambios y las permanencias forman hoy una trama distinta que es bueno explicitar.




Yo estuve

Estuve en la sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) el viernes 15 a las 10 de la mañana y me quedé hasta que la jueza Mariana Mota se fue por la calle Soriano, caminando con su familia. 

Estuve allí porque la justa convocatoria se deslizó por una pista aceitada de indignación: la gravísima señal de la SCJ hacia la totalidad de las luchas contra la impunidad. Y la indignación es una señora emoción, de esas que hacen caminar a las reflexiones, las sostienen y si es necesario las empujan. 

Estuve porque el traslado de Mota a la órbita civil es una forma sumaria de desamparar una vez más las causas en las que ella había acumulado el estudio y el trabajo de muchos años. Es inaceptable disfrazar de inocencia un acto de poder como ese y pretender naturalizarlo con tal hipocresía: «¡Felicitaciones señora jueza, es usted la ganadora de un traslado!».  

Porque la campaña contra la jueza Mota ofende doblemente, por injusta y por obvia. ¿Por qué las declaraciones públicas del ministro de la SCJ Jorge Chediak (respaldado por el también ministro Daniel Gutiérrez) reclamando mayores penas para «los menores» así como sus críticas a la lentitud, insuficiencia y benevolencia del Código de la Niñez y la Adolescencia son válidas y las declaraciones de Mota sobre la lentitud y falta de políticas hacia los crímenes de lesa humanidad no lo son? 

Estuve allí porque desde hace muchos años, demasiados, estamos investigando por nuestra cuenta –como víctimas, como familiares, como ciudadanos– crímenes que deberían ser investigados por la Justicia. Ni durante ni después de la dictadura el Estado investigó nada. Y cuando aparecen, como flores en el mar, magistrados que asumen esta responsabilidad se los desprestigia, se los ataca y se los aparta de sus funciones. Y eso no es en aras de mejor servicio: eso es un bloqueo político inaceptable. 

Estuve porque cada vez me resulta más burdo el espanto social ante la nueva marginalización urbana (la que ya no es producto de la pobreza sino de la desigualdad) y el reclamo de penalización severa a los delitos que de allí provengan mientras se perdona, por acción u omisión, a criminales de Estado y a privados poderosos. 
Porque entiendo que la solidaridad debe ser ante todo práctica. Solidaridad con Mariana Mota y esfuerzo de actuar juntos cuando todo alrededor estimula la fragmentación y la quejumbre. 



Estuve porque sé que gestos como este de la SCJ son una fuente poderosa de descorazonamiento, de desrresponsabilización de todos en todo. No quiero vivir en una sociedad así y sobre todo no quiero una sociedad así para nuestros hijos. 

Ivonne Trías

30 comentarios:

Fabiana L dijo...

Estuve en la SCJ ese viernes a las 10 de la mañana, y al igual que Ivonne, pude quedarme hasta que salió la jueza de la Corte. Fui porque siento como míos los motivos que se expresaron en el post anterior y porque estoy convencida de que no era lo mismo "ir que no ir", que la movilización de la gente, casi casi espontánea, frena, paraliza, construye bloqueos al avance infame de esta impunidad. Porque tengo una gran bronca - que no por bronca es menos reflexiva - que me resta palabras cuando quiero describirla, porque nos ha ganado la derecha en la cabeza y en las calles vacías y temerosas de protestas, porque ha ganado la derecha cada vez que alguien pone el grito en el cielo por una buena puteada gritada a tiempo a una manga de conservadores aristócratas que nunca, pero nunca defenderán ningún interés que pueda acercarse a lo "popular".
Estuve porque no quiero resignarme a este discurso dominante, donde prevalece lo jurídico como argumento estructurante de cualquier debate. Estuve porque no quiero que me gane la cabeza este conservadurismo disfrazado de sensibilidad progresista que hace rato encontró su techo y porque tampoco quiero una sociedad pacata, miedosa, hipócrita y falluta para que vivan mis hijos.

Fabiana Larrobla

Anónimo dijo...

Estuve para reclamar un ¿por qué? que nunca dieron. Porque es incomprensible y porque en algún momento hay que decir basta, al silencio, al dejar hacer cualquier cosa, basta al destrato hacia una jueza porque hace lo que se debe hacer, Ojalá hubiera más como ella y que quienes se llenan la boca con la palabra democracia la ejercieran.

Elsa Duhagon

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
el último bar para el hombre automático dijo...

yo etuve ahi mi telefono es 099808352 por si la SCJ quiere llamarme a declarar

Solidaridad con Mariana Mota dijo...

Yo estuve para acompañar a Mariana Mota, para expresar mi rechazo a las acciones del Poder Judicial que sostienen la impunidad en este país, para que todos sepan que mientras la impunidad campee seguiremos levantando nuestra voz.

Por las viejas, por los hijos y las hijas y los heramnos y por todos, para que NUNCA MAS!

Soledad González

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
sebastián santana camargo dijo...

yo estuve en la corte y volveré a estar todas las veces que haga falta para seguir reclamando justicia, algo que parece dejó de ser un derecho y es necesario reclamar.

Unknown dijo...

Yo estuve. Yo estaré.

Anónimo dijo...

Yo también estuve. Uno más entre tantos que se reservan el derecho a la "santa indignación" de la que nos hablaba José Pedro Cardoso.
Estuve porque los "supremos jueces" son hombres, no dioses. Deben ser también juzgados por sus actos. Y la Dra. Mariana Mota se merece reconocimiento y apoyo.
Una destitución, por muy adornada que esté, si no está claramente fundamentada es una arbitrariedad. No me importa si tienen la "potestad" legal. No me importa que le dieran otro cargo "de igual jerarquía". No le hicieron un favor, la sancionaron y hasta que alguien no demuestre lo contrario, la castigaron por ser digna del cargo que ejercía. Ella buscaba justicia. ¿Qué buscan los supremos?
Los comentarios histéricos de algunos solo me producen asco. Otros se lavan las manos, por esa actitud sólo merecen desprecio.
Estuve. Me trasladé especialmente desde Piriápolis donde estaba de vacaciones. Hubiera ido con mi compañera, pero ella quedó cuidando los nietos. Los dos queremos cuidar el futuro, aunque no tengamos ya mucho futuro personal.
David Rabinovich

Anónimo dijo...

Yo no pude estar físicamente,pero estuve. Y adhiero a las palabras de Ivonne, y de tantos otros. Estuve y estaré en la SCJ y del lado de la justicia, siempre y cuando sea verdadera justicia,cuando defienda a las víctimas de todo atropello y no hocique ante el poder. Estuve y estaré con la Jueza Motta y lo que ella representa.
Mercedes Xavier de Mello

Anónimo dijo...

Yo también estuve. Pero confieso que no estuve allí por justicia, sino por verdad y memoria. El boicot brutal e impune de la SCJ y sus cómplices poderosos al trabajo de la jueza Mota, me llena de indignación y de tristeza. En su libro TIEMPO PASADO, escribe Beatriz Sarlo: “La idea del ‘nunca más’ se sostiene en que sabemos a qué nos referimos cuando deseamos que eso no se repita.” ¿El presidente y su ministro de Defensa no quieren “viejitos en cana”, prefieren olvidar y hacer buenas migas con la cúpula militar? Me parece un disparate increíble, aunque reconozco que están en su derecho. Pero no en mi nombre por favor, ni siquiera en nombre de la enorme mayoría que los votó. Y confieso también que votaría con las dos manos cualquier propuesta destinada a esclarecer quiénes, cuándo y cómo secuestraron, torturaron, vejaron y asesinaron opositores a la dictadura, a cambio del compromiso de no meter presos a los confesos. Es lo que hizo Mandela, y me sigue pareciendo la alternativa más sabia.

Anónimo dijo...

Yo también estuve. Pero confieso que no estuve allí por justicia, sino por verdad y memoria. El boicot brutal e impune de la SCJ y sus cómplices poderosos al trabajo de la jueza Mota, me llena de indignación y de tristeza. En su libro TIEMPO PASADO, escribe Beatriz Sarlo: “La idea del ‘nunca más’ se sostiene en que sabemos a qué nos referimos cuando deseamos que eso no se repita.” ¿El presidente y su ministro de Defensa no quieren “viejitos en cana”, prefieren olvidar y hacer buenas migas con la cúpula militar? Me parece un disparate increíble, aunque reconozco que están en su derecho. Pero no en mi nombre por favor, ni siquiera en nombre de la enorme mayoría que los votó. Y confieso también que votaría con las dos manos cualquier propuesta destinada a esclarecer quiénes, cuándo y cómo secuestraron, torturaron, vejaron y asesinaron opositores a la dictadura, a cambio del compromiso de no meter presos a los confesos. Es lo que hizo Mandela, y me sigue pareciendo la alternativa más sabia.
François Graña

Anónimo dijo...

Yo no tampooco pude estarfísicamente, pero estuve con el corazón, con la alegría de ver a tanta gente representándome en ese apoyo. He estado desde siempre, presentando causas en el poder judicial desde el año 85 para que la dignidad y la búsqueda de verdad yjusticia sea de este país, sea un diferencial que nos llegue a todos.Parece un imposible, pero jueces como Mariana Mota nos dan el ejemplo de que podría ser diferente. Una vez mas me siento atropellada por la indiferencia de una SCJ que actúa con arbitrariedad y superficialidad, sin respeto al trabajo serio , perseverante e independiente de una jueza, sin respeto a las víctimas, a los procesos que hace 30 años esperan,y vuelven a retrasar.
Elena Zaffaroni

Mercedes Calvo dijo...

Yo estuve. Estuve porque era mi deber; estuve por mí y también por los que no pudieron estar. Estuve adentro y fui desalojada por la fuerza,pero fue menor esa violencia que la que me hubiera representado salir por mí misma de un lugar público, al que tenía todo el derecho de acceder. Estuve para apoyar todo lo que la jueza Mota representa y para repudiar todo lo que representa la decisión de trasladarla. Estuve y volveré a estar cuando haga falta.

Maria Esther Francia dijo...

1Yo estuve para acompañar a Mariana Mota y agradecerle por su trabajo que no ha terminado aún, respaldarla en su voluntad de quedarse y terminarlo.
Maria Esther Francia

ROSARIO REVELLO dijo...

Yo estuve. Para manifestar mi malestar con el injusto y turbio traslado de la jueza Mota, porque no se dignaron ni a dar motivos coherentes del mismo, porque dicha decisión está rodeada de elementos de presión y porque por más que parezca contradictorio, es una muestra de la FALTA DE INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL. Estuve alli sin que me involucre ningun nombre propio ni circunstancia personal ni politico-sectorial. Ni siquiera por apoyo a movimientos de derechos humanos, que ya hubiera sido un motivo como cuando concurro a los 20 de mayo. No. Sólo, ni más ni menos que porque sentí que era mi deber como ciudadana indignada sí, pero habiendo reflexionado antes y despues también, era mi deber hacerme presente para manifestar mi disconformidad con esa forma de manejar el PODER y los Poderes. No ingresé, no porque me pareciera mal, de hecho fue un acto público, faltaba más. No ingresé porque me tuve que retirar antes.

Anónimo dijo...

Yo estuve. Porque había que estar, porque es necesario hacer sentir que ninguno de nosotros se va a cansar de reclamar verdad y justicia.

Adriana dijo...

Yo estuve. Porque creo que este país necesita que defendamos a la justicia como tal y a aquellos que trabajan por lograrla.

Rosanna Peveroni dijo...

Yo estuve porque al enterarme de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de trasladar a Mariana Mota a un juzgado civil me invadió una mezcla de tristeza, desazón y bronca. E, inmediatamente, la convicción de que hay que hacer algo más que enojarse y quejarse.
Porque, más allá de que la Corte tenga la potestad de tomar esa decisión, creo que como ciudadanos tenemos pleno derecho a pedir explicaciones y a expresar nuestro rechazo.
Porque una decisión que se festeja en la cárcel de Domingo Arena me duele.
Porque creo que es legítimo y necesario manifestarse en contra de decisiones incomprensibles, que claramente vulneran la investigación en casos de derechos humanos en el ámbito judicial.
Porque quiero un país menos hipócrita, sin impunidad.

graciela salsamendi dijo...

yo estuve

Adrian Manera dijo...

Estuve para hacerle el aguante a Mariana, porque se necesita mucho mucho calor humano para borrar el daño que un puñadito de impunes te hacen.
Para mostrarle a esos lacayos que ni haciéndolo un viernes de carnaval se salvan del repudio.
Para estar, en nombre de todos los que no están, pero vivirán con nosotros.

Anónimo dijo...

Yo estuve a la distancia y seguiré estando las veces que haga falta. Creo que el Poder Justicial uruguayo necesita una profunda reforma, creo también que Uruguay tiene la tristeza de haber plebiscitado sus Derechos Humanos, ¿un error? -me lo sigo prenguntando- por el que se decidió enterrar el pasado reciente y a muchos inocentes con él. Lo que se necesitó desde siempre es voluntad política, y el FA haya perdió la oportunidad de cambiar la historia en ese sentido. Pero sé que el pedido de esclarecimiento y justicia por los crímenes de la dictadura sigue y seguirá vivo en millares de uruguayos. Por Memoria, Verdad y Justicia, ahora y siempre: "Nunca Más".

Unknown dijo...


El 15 de febrero del 2013, estuve en la SCJ para ejercer el derecho de manifestar mi repudio frente al hecho de que la jueza Mariana Mota fuera trasladada a la justicia civil, no porque no crea que en cualquier ámbito puede desarrollar un excelente trabajo, estoy segura de que lo hará, si no porque nuestros ya demasiado vapuleados DDHH pierden a una jueza imparcial, capaz de investigar todos los casos en que los violan, sin doblegarse frente a las presiones de los militares y de los políticos que los encubren. Lo hice porque estoy cansada de que en este país “de primera“, se olviden de que lo primero y básico es que se respeten esos derechos. Estuve porque quiero justicia para quienes aún sufren la desaparición y la muerte de seres queridos y porque no quiero que los culpables sientan que la impunidad los protege y que pueden volver a asesinar y a reprimir a nuestro pueblo. Lo volveré a hacer todas las veces que sea necesario hasta que dejen de mentir y de manipularnos, hasta que tengamos Verdad y Justicia. El mayor de mis respetos a la Jueza Mariana Mota.

Veronika Engler

Violeta dijo...

Yo estuve en la SCJ en apoyo a la jueza Mota....
Porque hay que seguir investigando,porque hay que llegar a la verdad , porque hay que desenterrarlos !!!....fui por memoria,fui por verdad !!! fui por Ibero Gutierrez, por Hugo y Tito Gomensoro,por Banfi ,por Alfaro,por Eduardo,por La Negra Juarez,por el Pocho,por Gerardo,por Jorge,por Emi,por la Piti,por Paco,por Soba, por la Cacheta,por Cachito,por Elena,por las Muchachas de Abril,por los Fusilsdos de Soca,por los torturados, por los asesinados....porque quiero vivir en una sociedad mas justa !!!

Unknown dijo...

Yo estuve el 15/02 desde las 10 de la mañana hasta que la dra. Mariana Mota se retiró, en la sede del PJ. Y estuve porque estoy convencido que el traslado fue arbitrario e injusto, para dejar satisfechos a un hato de canallas y asesinos, interesados en alejarla de las 50 y pico de causas por graves violaciones a los derechos humanos que tramitaban en su sede penal, así como de la investigación por el accidente del avión de Air Class. Fui también porque como ciudadano me sentí y me siento burlado y afectado porque la resolución de la Corte viola lo dispuesto en el fallo de la CIDDHH, al presentar un obstáculo en la investigación de las violaciones a los dd.hh. Por eso fui y no me arrepiento.
Albaro Sala Iglesias
1463254-0

noteolvides dijo...

Yo estuve. Cuando arregle la computadora escribo mis razones.
Efraín Olivera

Ana dijo...



Yo estuve en la corte de justicia, que tiene sus oficinas en ese edificio tan suntuoso que construyó Francisco Piria con mármoles importados de Italia y de Francia y que debería ser patrimonial y estar abierto como muuseo a todos los habitantes de este país. No debería albergar a quienes se erigen en árbitros de la justicia. Ls justicia debería habitar en los asentamientos de este país, entre los marginados y entre los presos. Yo soy una de tantas, de los presos y presas de este país que seguimos reclamando una justicia que no llega, una justicia que es tan ciega como la estatua de la justicia con los ojos vendados que adorna las cortes de muchos países del mundo.
Pero esa capacidad de la justicia de no ver diferencias ni sentirse presionada por la ropa del que pide justicia, parece en nuestro país haberse convertido en la ceguera y la sordera de los jueces que no nos escuchaban cuando aplaudíamos a la jueza Mota que llegaba a notificarse de un traslado que no pidió.
Esos jueces sordos y ciegos amurallados detrás de coraceros con escudos (no los veía desde los setenta, pensé que no se los iba a ver más acá), no saben que la justicia no es una letra muerta sino una letra viva, hecha de dolor y de victimas, de gente que fue torturada y que ve a sus verdugos disfrutar de una impunidad que no merecen.
Por todo esto y mucho más estuve entre companeros y amigos afuera de la SCJ, para reclamar una justicia ausente.

Ana dijo...



Yo estuve en la corte, en ese edificio tan suntuoso que construyó Francisco Piria con mármoles importados de Italia y de Francia y que debería ser patrimonial y estar abierto como muuseo a todos los habitantes de este país. No debería albergar a quienes se erigen en árbitros de la justicia. Ls justicia debería habitar en los asentamientos de este país, entre los marginados y entre los presos. Yo soy una de tantas, de los presos y presas de este país que seguimos reclamando una justicia que no llega, una justicia que es tan ciega como la estatua de la justicia con los ojos vendados que adorna las cortes de muchos países del mundo.
Pero esa capacidad de la justicia de no ver diferencias ni sentirse presionada por la ropa del que pide justicia, parece en nuestro país haberse convertido en la ceguera y la sordera de los jueces que no nos escuchaban cuando aplaudíamos a la jueza Mota que llegaba a notificarse de un traslado que no pidió.
Esos jueces sordos y ciegos amurallados detrás de coraceros con escudos (no los veía desde los setenta, pensé que no se los iba a ver más acá), no saben que la justicia no es una letra muerta sino una letra viva, hecha de dolor y de victimas, de gente que fue torturada y que ve a sus verdugos disfrutar de una impunidad que no merecen.
Por todo esto y mucho más estuve entre companeros y amigos afuera de la SCJ, para reclamar una justicia ausente.

Anónimo dijo...

Estuve allí también.
Víctor L. Bacchetta.

Nybia Betancour dijo...

Yo estuve. Que modelo damos a la sociedad buscando siempre atajos para no juzgar crímenes del estado? Por qué en momentos próximos a expedirse por decenas de casos se desplaza a Mota. Democracia?
Fuimos cientos allí, pero saben que son miles los que se oponen, porque son los que lograron hacer caminar mínimamente las investigaciones.
Se castiga y obstruye el trabajo de una juez valiente y honesta y con el Poder se destruye también la confianza y la esperanza de una sociedad.
Justicia?